La bitácora del Tio Joe

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Ene 16, 2010

El ruido de los tangones

por | Ene 16, 2010

Nunca supe, quizá porque nunca pregunté, cómo se llamaban esos tubos que se yerguen como un par de mástiles metálicos, en los barcos camaroneros, justo detrás de la cabina, uno a cada lado de la embarcación. Tarde vine a saber, gracias a una búsqueda en google, que se les conoce como “tangones”.

Recuerdo que, cuando la veda estaba impuesta, se anclaban frente a la casa de mis padres un pequeño grupo de estos barcos, uno al lado del otro, amarrados entre sí. Unos largos cabos se tendían hasta la orilla, amarrados a tierra, debajo del malecón. De estos cabos se valían los pescadores para trasladarse del barco a tierra y viceversa; se subían a una panga y tomados del cabo se desplazaban sobre el agua.

La inminencia de una tormenta se podía intuir cuando, desde mi recámara, escuchaba el choque de los tangones, mientras el mar comenzaba a encresparse y hacía que los barcos se mecieran fuera de ritmo, a merced del viento.

En una ocasión, entrada la noche, un ciclón estuvo a punto de romper el escudo montañoso que protege la cerrada bahía. Las ráfagas de viento y el oleaje eran tan fuertes que los pescadores se vieron obligados a encender los motores de las embarcaciones y evitar así encallar frente a nuestra casa.

Todo esto lo presenciábamos en plena obscuridad, sin energía eléctrica, frente a un ventanal enorme que hay en la casa. Mi padre permanecía sereno, atento a la dirección del viento, sentado en un sillón, con una linterna en una de sus manos. En algún momento, el cansancio fue mayor que mi temor y me fui a dormir, confiado en que mi padre velaba armas.

Por la mañana, el ruido de los tangones había desaparecido por completo. Los barcos camaroneros flotaban quietos sobre la bahía, como si nada hubiera pasado.

Comentarios

5 Comentarios

  1. ¿O sea que no eran los veladores martillando el metal para joder el sueño de todo el vecindario?

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  2. o sea que te hicieron un tango toda la noche!! y mira, quien diria que años después serían patrimonio de la humanidad… que feeling…

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  3. Que bello recuerdo. Casi puedo oler la sal marina y el acrido olor a brea de la contaminda bahia de Guaymas…..

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  4. Me encantó tu comentario, Cecilia. Un saludo, donde quiera que estés.

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  5. los tangones tienen una extraña melodia, nos mueven los recuerdos,nos elevan a otros cielos, nos mecen en sus crujidos y nos enseñan que la vida continua aún despues de las tormentas..

    mi sabor a mar a vivido algunas extrañas melodias, con esos tangones en mi muelle,,, y entiendo que la historia no se ha acabado de contar,,,,

    te abrazo desde este rincón del paraiso con un sabor a mar intenso y limpio,,,

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