La bitácora del Tio Joe

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Feb 19, 2007

Vecinos distantes (1)

por | Feb 19, 2007

Cuando el papá está en casa es sencillo saberlo; no es necesario, siquiera, asomarse por la ventana. Los gritos, que pudieran confundirse con los de alguna escena violenta, no son más que las expresiones de cariño hacia sus hijos. De vez en cuando escuchar un «¡cómo eres pendejo!» en medio de los gritos, nos deja claro que en esa ocasión está educando y va en serio.

Mi suposición es que el papá debe de ser pescador o trabajar en algún barco, pues, periódicamente desaparece por días o semanas (este fue, en sus tiempos, un barrio tradicional de pescadores). En ausencia del padre, los escandalosos gritos de afecto y desafecto son sustituidos por los gritos del hijo mayor, un joven en sus veintes. Por alguna razón que desconozco, su amargura se ha agudizado en las últimas semanas. Sus regaños hacia los menores son punzantes. Su amigable apariencia y su mirada vivaz, parecen desvanecerse en la intimidad de su hogar, cuando sus gritos trascienden muros y calles.

Hoy deben de estar fuera el padre y el hijo, pues, la hija, una linda y discreta chica morena , de alrededor de unos 15 años, comenzó a regañar al más pequeño de los niños. Una expresión novedosa para mis oídos.

Cuando el papá regresa, las jerarquías se reestablecen. La voz del hermano desaparece de los sonidos matinales. Incluso «Sergio», el perro más escandaloso de la comarca, deja de ladrar.

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